Bala’na, una historia contada desde la intimidad, la identidad y la muerte

Tlaxcala, Tlax. 13 de marzo de 2022

Las luces del Teatro Xico se apagan. De pronto, entre las bambalinas surge una figura semidesnuda, dibujada por una tenue luz roja que marca el llamado a lo inesperado. La cuerpa se despoja de sus últimas ropas; su voz en silencio manifiesta intimidad.

Varias pelucas cuelgan de un tendedero tras de sí. Hay una cubeta, condones y un espejo sobre el escenario. Mientras la figura se arropa con una braga, en la silla que antes la abrazaba ahora solo luce un hermoso traje de inconfundible rostro oaxaqueño y la figura por fin revela su forma.

No necesita decir de donde es ni quién es; su rostro y su piel gritan con encanto su origen humilde. Su cuerpa parece masculina, pero en su corazón lleva la fe segura que devela con orgullo la razón de su existir, y su fuerza para resistir.

Su voz antecede los primeros trazos de su obra y entre las primeras líneas que comparte a su pequeño público, se escucha una frase que ahora en el imaginario colectivo mexicano es sinónimo de una gran comunidad en resiliencia. ‘Yo soy Muxe’. Después, desliza la palabra que da origen a la propia obra, una palabra que en el vocablo zapoteco significa “virginidad de la mujer”, pero que, para esta obra, cuyo principal motor es la muerte y la búsqueda de la identidad, Alex reinterpreta como “Virginidad de tus ojos”.

Alex Orozco, originaria de Tehuantepec, Oaxaca, es una dramaturga que a falta de disponibilidad actoral tuvo que inmiscuirse en el papel de interpretar su propia obra, una que nació bajo las voces de muchas mujeres que compartieron su experiencia en el trabajo sexual, la discriminación indígena, el racismo y la marginación; bañada por la piel de la actriz en su búsqueda de la identidad y pertenencia, que como resultado dio vida a una puesta en escena que es íntima, divertida y trágica a la vez, donde Alex propone el contacto visual como una herramienta para que su público se encuentre entre su historia.

Empatía es la bandera de Bala’na, pues en estos tiempos todavía cuesta entender los sucesos sociales que lastiman a las mujeres como el feminicidio, el transfeminicidio, la perdida de identidad y la lengua materna, el racismo, las Enfermedades de Transmisión Sexual y el abuso sexual. Asimismo, dicha obra, en palabras de la propia Alex, está contada “desde la muerte”.

“Bala’na es una obra que ha ganado 9 premios, entre ellos el más importante fue el de encontrarme, de aceptar que yo era actriz, que ya no tenía que transitar tanto en lo masculino, sino dentro de lo femenino y encontrarme yo misma como mujer trans.

Yo no pretendía ganar premios. Yo pretendía contar una historia. De repente todos nos preocupamos por una tercera guerra, por una pandemia, pero desde antes ya había una pandemia más cabrona que se llama ‘odio’ y contra esa ni siquiera el cubrebocas nos puede cubrir”.

En la obra, Joselyn, su personaje principal, es quien en la ficción adopta ese nombre en honor a la interpretación de Edith González en la telenovela Mundo de fieras y transita de manera trágica desde ser una menor abusada sexualmente, sin saber que lo fue, a una madrota que abandona su ser indígena, su lengua y su piel para encajar en una sociedad podrida.

Ella, Joselyn, tuvo que despojarse de su identidad indígena tras huir de su pueblo natal, un pueblo que la vio ser víctima de las circunstancias; de una violación que pensó era sexo consensuado con su ‘patrón’ cuando solo tenía 16 años. En la ciudad, un monstruo que se devora todo, conoce a Britany, la mujer que le dio un hogar dentro del trabajo sexual, y a quién ve morir y ser revictimizada por los propios estándares sociales.

Alex comparte que en su andar por la vida no permite que nadie le juzgue sin antes conocer la lucha por la que ha tenido que pasar para ser quién es, y aunque en su propia historia no ha tenido que vivir el trabajo sexual, sí se encontró a sí misma dentro de cada vivencia que le fue compartida.

“Me fui a entrevistar tanto a trabajadoras sexuales trans como cisgéneros, conviví con ellas durante este proceso. (…) Dije, antes de escribir la historia que voy a contar, tengo que estar ahí, estar con ellas, convivir con ellas durante el proceso. Para el final de mi obra tuve que vivir la muerte de una de ellas.

Una cosa es mirar las cosas desde afuera y otra es conocer sus dolores, sus sufrimientos, el por qué están allí. Por eso la historia está contada desde la comedia, porque ellas a lo trágico le encuentran lo dulce, a la tragedia le encuentran lo agridulce y se vuelve todo un espectáculo el sufrimiento”.

La actriz se encuentra sobre el escenario. Entre cada palabra que emerge de su boca se encuentra la voz de otros personajes compuestos por su familia, una familia ajena a su transición y su vida por elección propia; una familia a la que le da todo, a la que ve crecer a costa de su propia intimidad; una familia que espera el regreso de Rufino -un ser que ya no existe- pero en la cual Joselyn logra insertar parte de su existencia en algo real.

La historia de Joselyn culmina en un azar cruel del destino, pues el hombre que amó en su juventud es el que termina por silenciar su voz, una voz que momentos antes gritaba “si un día no sabes de mí, búscame. Rompe todo, pero no me dejes de buscar”.

“En la historia te vas a encontrar con alguna Joselyn si has convivido con alguna Joselyn; te vas a encontrar como mamá si eres mamá, como hermano si eres hermano y tal vez te vuelvas un poquito más sensible.

Algo que dejamos muy en claro es que el VIH no es exclusivo de las trabajadoras sexuales. El hecho de que estés en tu casa y que solo un hombre te haya tocado no quiere decir que estás exenta de contagiarte.

A lo largo de 4 años que llevamos este proyecto, hemos ayudado a la gente a encontrarse desde la sensibilidad. A mamás que dicen ‘a huevo, yo no quiero este final para mi hija o mi hijo’. Eso es la magia que ocurre arriba del escenario. La voz es alta, pero si yo te elijo a ti de entre el público para contarte la historia, te estoy viendo a los ojos y se vuelve intimo esto que te estoy contando”.

Bala’na es una obra escrita por Alex Orozco, orgullosa mujer trans originaria de Santo Domingo Tehuantepec, quién dirige y forma parte de Teatro Alternativo Dixhaza. En su momento la obra estuvo dirigida por Ricardo Ruiz, cuenta con diseño de vestuario de Donají Mendoza; Emiliano Guerrero fue el iluminador, cargo que ahora desempeña Dani Alpineda. Obtuvo varios premios entre los que destaca la Muestra Regional Zona Centro 2018 y a participado en diferentes muestras tanto estatales, nacionales como internacionales.

Esta puesta en escena fue presentada en el Teatro Xicohténcatl el pasado 12 de marzo de 2022.

Texto: Melisa Ortega

Fotografías: Noemi López

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