“Itlacaquiliztli in Tlaolli” o los sonidos que le dan forma a Tlaxcala mediante el maíz

“Itlacaquiliztli in Tlaolli”, o “Los sonidos del maíz” en lengua común, es una pieza de arte sonoro en la cual la interacción con el precioso alimento provoca una textura de sonidos fonéticos que le dan forma y sentido a la palabra Tlaxcallan y su significación con el maíz.

Tlaxcala, en la toponimia que la define en su lengua materna, el náhuatl, como “lugar de la tortilla o pan de maíz”, es un lugar que está asociado directamente con el maíz, que, dentro de sus múltiples colores y formas, también tiene sonidos, pero ¿a qué suena Tlaxcala? ¿a que suena un lugar de maíz?

Es a través de estas preguntas que Itsel Martínez Rodríguez, autora de la pieza sonora, le da una resignificación a lo que ya sé conoce, y desconoce también, acerca de Tlaxcala, la lengua náhuatl y su vínculo tan estrecho que tiene con el maíz.

Explicó que, derivado de su proyecto de tesis sobre las toponimias de origen náhuatl, aunado con el conocimiento adquirido en el taller de “Sonorama”, que se impartió en el Centro de Tecnologías Creativas La Colmena, decidió hacer un proyecto que descifrara a Tlaxcala a través de los fonemas que lo componen como palabra.

“Me di cuenta de lo sorprendente que es el sonido en nuestra vida diaria, estamos rodeados de sonido todo el tiempo y sin embargo somos más visuales”, así mismo, lo fonemas del náhuatl fueron una parte esencial para crear la “imagen sonora”.

Ella explica que nunca quiso ser artista ni pensó que sus piezas tuvieran que ver con el arte, sin embargo, en el proceso de aprendizaje de los métodos creativos, comenta que cometió errores, mismos que de alguna manera conforman también el proceso con el que se crea un lenguaje.

“La lengua de algún modo es un error constante que se va construyendo poco a poco hasta que se vuelve una serie de reglas gramaticales”.

Detalló que el vínculo entre el náhuatl, el maíz y Tlaxcala se relacionan por la funcionalidad del lenguaje en sí mismo.

“El náhuatl es una lengua étnica, que como todas las lenguas da identidad, sin embargo, en la significación de la lengua, por ser social y cultural, no se hace diálogo si no hay otros, no solo personas, sino aquello otro que nos rodea”.

Por ello, así como las toponimias y los apellidos se denominan por características físicas tangibles, Tlaxcala tiene paisajes llenos de maíz, porque en algún punto de la historia lengua interactuó con el maíz y quedó “caracterizado por el maíz en sí”.

Es decir que, en su proceso de construcción, la lengua se vinculó con todo aquello físico a su alrededor, por ello, al estar Tlaxcala rodeada de maíz se relacionó con el habla cotidiana, que así mismo dio paso a la definición de la identidad y la de quienes lo hablan.

Concluyó que la intención de su pieza fue crear un vínculo, una forma de lenguaje en el que las personas, al interactuar con ella, pudiesen comprender mejor la composición de lo que es Tlaxcala, la importancia del lenguaje que no se debe menospreciar, y que a su vez pudiesen llevarse algo de ese aprendizaje.

La pieza se exhibe dentro de las instalaciones de la Fonoteca del Estado de Tlaxcala, ubicada al interior del Museo Miguel N. Lira, en Tlaxcala, Tlaxcala.

Texto y Fotos: Melisa Ortega

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