Historia y tradición del dulce que endulza la Navidad
La colación, un dulce mexicano tradicional, ocupa un lugar especial en las festividades navideñas. Su historia se remonta a la época colonial, vinculándose a momentos religiosos y celebraciones familiares.
Origen de la colación en México
Consuelo Anaya de Pérez, fundadora de «La Giralda», fabrica de dulces en Ciudad de México, marcó un hito en 1926 al popularizar la colación.
Este dulce artesanal, elaborado inicialmente en su pequeña fábrica «Hispano-Mexicana», se transformó con el tiempo en un símbolo de la Navidad en México.
El impacto de La Giralda
Con el paso de los años, La Giralda consolidó su reputación gracias a la calidad de sus colaciones, fabricadas con azúcar glas, fécula de maíz y rellenos como almendra, anís o piñón.
Características y variedades de la colación
Diversidad de sabores y texturas
- Rugosas: Bolitas con textura, rellenas de anís o frutas.
- Lisas o redondas: Más simples, rellenas de cacahuates o cáscara de limón.
- Surtidas: Mezclas variadas ideales para aguinaldos.
- Finas: Con rellenos delicados como piñón o nuez.
Importancia cultural y religiosa
Desde el Virreinato, las colaciones han sido protagonistas de las fiestas decembrinas. El historiador Francisco Santiago Cruz resalta cómo estos dulces dominaron el comercio de la época. A su vez, Guillermo Prieto documentó su presencia en las posadas del siglo XIX, consolidando su conexión con la Navidad.
Un símbolo de generosidad
El nombre «colación» proviene del latín collatio, asociado a alimentos compartidos en ceremonias religiosas. Este significado refuerza su rol como emblema de unión y generosidad.
Colación en la Navidad actual
Aunque dulces modernos compiten con la colación, su presencia en piñatas y aguinaldos persiste, evocando nostalgia y tradición en las festividades mexicanas. Actualmente aun pueden encontrarse en mercados y puestos de dulces a granel.