La restauración de la parroquia de Nuestra Señora de Santa Ana Chiautempan comenzó bajo la dirección del párroco Ranulfo Rojas Bretón y el restaurador Javier Guzmán.
Este proyecto busca preservar el patrimonio artístico e histórico del templo, con una inversión inicial de recursos comunitarios.
Un proyecto de conservación histórica
La parroquia, que data del siglo XVIII, muestra deterioro causado por la humedad y la falta de mantenimiento especializado.
Según el restaurador Guzmán, las áreas más afectadas incluyen la cúpula, el presbiterio y los transeptos.
El proceso contempla técnicas tradicionales y el uso de materiales compatibles con los originales para asegurar la conservación a largo plazo.
Sin apoyo gubernamental, todo depende de la comunidad
A diferencia de otras restauraciones impulsadas tras el sismo de 2017, este proyecto no cuenta con recursos federales ni estatales. La comunidad ha iniciado colectas, rifas y donaciones para reunir los más de 1.7 millones de pesos necesarios.
“El compromiso es colectivo, y confiamos en la solidaridad de la gente”, destacó el padre Ranulfo.
Técnicas tradicionales y planes a futuro
El trabajo incluye dorados de 23 kilates y reparaciones en aplanados y pintura ornamental. Se espera que la restauración de la cúpula concluya en cuatro meses, dependiendo de los recursos.
El proyecto completo podría extenderse hasta un año.
«La idea es iniciar con la cúpula, para lo cual se dispondrá de una plataforma elevada sobre la cual se realizarán los trabajos para poder llegar de manera segura y apropiada a todo el plano interior. Posteriormente se iniciará la intervención del presbiterio, dirigiéndose a la nave.
Todo su proceso será acompañado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia», explicó el restaurador.
Colaboración y transparencia
Para garantizar la transparencia, la parroquia ha dispuesto cuentas oficiales supervisadas por la diócesis. También se instalarán periódicos murales para informar avances y costos a los feligreses.
La restauración de la parroquia de Santa Ana no solo preserva su valor histórico, sino que refuerza el vínculo de la comunidad con su patrimonio.
