*Mensaje del obispo de Tlaxcala resalta la importancia de la conversión y la esperanza en este tiempo litúrgico.
Un llamado a la reflexión en Cuaresma
El obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, invitó a los fieles a vivir la Cuaresma con un corazón dispuesto a la conversión. Durante la homilía del Miércoles de Ceniza en la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, destacó la importancia de la oración, la misericordia y el ayuno como medios para acercarse a Dios.
> «Hoy iniciamos el tratamiento hacia la paz. La conversión es precisamente un discurso de nuestro corazón», expresó el obispo, enfatizando que la Cuaresma no es solo una serie de actos externos, sino una disposición interior.
La Cuaresma, un tiempo de gracia y transformación
Este período litúrgico invita a los creyentes a reconocer sus fallas y buscar la reconciliación con Dios y con la comunidad. Según el obispo Salcedo Aquino, la Cuaresma debe vivirse con humildad y compromiso.
> «Es la disposición del corazón para recibir la gracia de la conversión», señaló.
En su mensaje, también recordó la enseñanza de San Pablo sobre la importancia de la misericordia y la responsabilidad en la fe.
Caminemos juntos en la fe y la esperanza
El Papa Francisco ha insistido en la importancia de la sinodalidad, es decir, caminar juntos como Iglesia. Siguiendo este llamado, el obispo exhortó a los fieles a fortalecer su vida comunitaria y a compartir con los más necesitados.
> «Caminemos juntos. No a nivel individual, sino como comunidad, experimentando la necesidad del otro y compartiendo lo que el Señor nos da», destacó.
La esperanza es otro eje central de esta Cuaresma. El obispo recordó que Jesús es nuestra guía y nos acompaña en todo momento.
Prácticas esenciales para vivir la Cuaresma
Para fortalecer la fe durante este tiempo, el obispo señaló:
-Oración: dedicar momentos diarios a la comunicación con Dios.
-Misericordia: ayudar a los más necesitados con generosidad.
-Ayuno: renunciar a algo para fortalecer la disciplina espiritual.
Según la iglesia católica, la Cuaresma es una oportunidad para renovar la relación con Dios y prepararse para la Pascua.
