Mujer y Utopía. Acción social ante inacción institucional.

Hace 15 años se formó de manera oficial el colectivo mujer y utopía.

por Tania Humarán

Edith Méndez Ahuactzin es la actual directora del Colectivo Mujer y Utopía, y la espero en recepción. Llegué antes para no arriesgar la entrevista que a pesar la suspicacia me confirmó para media tarde. No pasa mucho cuando hace su aparición con las prisas que resultan de ser madre, activista, profesional y mujer; el tren de vida normal para esta época. Yo acompañada de mi hija, presa de una agenda igual de apretada, abrevio los preámbulos y voy directo al grano.

– Han pasado quince años desde que se constituyó oficialmente el Colectivo Mujer y Utopía ¿Existen cambios en las políticas del Colectivo de la mano con los cambios sociales que se vivieron en este tiempo?

  – Sí, hemos implementado cambios para fortalecer nuestras formas de trabajo con los diferentes sectores. Una de estas modificaciones tiene que ver con los enfoques con que abordamos el tema de la Perspectiva de Genero, el cual sí es una consigna digamos obligatoria, sin embargo, han surgido nuevas herramientas para enriquecer el modo como analizamos nuestro contexto y como nos aproximamos a estos diferentes sectores.

Por ejemplo, el tema de la interseccionalidad se volvió muy importante.  La sexualidad, o más bien el aprendizaje de la sexualidad (de hombres y mujeres) es uno de los temas que hemos integrado pues muchos de los problemas que vivimos las mujeres tienen que ver con la falta de educación en una sexualidad integral.

Aunque no sea una base en nuestra perspectiva también hemos adoptado nuevos tópicos como el de “masculinidades” que nos ayuda a modificar las prácticas “masculinas” y la manera en que aprenden los chicos a verse a sí mismos y a las mujeres.

Le reconozco a Edith el crecimiento del colectivo a lo largo de estos quince años, ella como miembro no puede evitar una cierta expresión de orgullo al pensar en los resultados. Sin embargo, el aumento de la violencia de género en esta época hace obligatorio plantear la pregunta:

– ¿Se ha logrado llegar a todos los ámbitos necesarios en estos quince años, de qué manera sería posible llegar a un sector más amplio en la sociedad?

– Efectivamente no tenemos un alcance tan integral como quisiéramos. Pero a raíz de esto, implementamos nuevas estrategias. Por cuarto año consecutivo llevaremos a cabo un ejercicio llamado “La Escuelita” en la que convocamos a mujeres y hombres de diferentes sectores, edades, profesiones y comunidades para formarse en el tema de la promoción de los derechos de las mujeres. Gracias a esto los participantes generan al final sus propias acciones desde sus ámbitos cotidianos y esto nos permite detectar y llegar a espacios que no estamos alcanzando e identificar sus necesidades. También a través de la atención a las mujeres en situación vulnerable hemos logrado incidir de manera indirecta en sus entornos, a medida que ellas progresan en sus propias historias de vida empiezan a generar otras dinámicas y otras formas de relacionarse. Si bien no hemos tenido todo el impacto que quisiéramos, en estos quince años poco a poco hemos logrado incidir en las personas.

Una de las estrategias que plantea el colectivo como parte de su perfil es la Capacitación.

– ¿En qué consisten estas capacitaciones, hacia quienes se dirigen y cómo llegan a estas personas?

Directamente contamos con un área de promoción y capacitación, particularmente hemos tenido éxito en el sector educativo.

En el año 2009 empezamos a tener acercamiento con instituciones de nivel medio superior y algunas secundarias, poco a poco, y de alguna manera gracias a la difusión “de voz en voz” entre los propios participantes hemos ido alcanzando un mayor número de personas. A partir de pláticas muy específicas podemos llegar a un grupo amplio de jóvenes y derivado de esto tenemos la oportunidad de que algunos se acerquen a nosotros o se interesen en los talleres, los cuales tienen un “mayor impacto”.

Gracias al acercamiento con el sector educativo las personas se enteran de que contamos con una carpeta de temas y dinámicas ya identificados con los que les podemos ayudar. Estos contactos se generan principalmente a través de nuestra área de Difusión y Capacitación.

También la atención que brindamos a las mujeres que se acercan al colectivo replica la mecánica de “correr la voz”.

Otra estrategia que nos ha ayudado mucho es el vínculo con otras organizaciones; reconociéndonos entre los grupos podemos lograr fortalecernos más. Valoramos el trabajo que realizan otras compañeras y de este modo nos apoyamos mutuamente. Si hay algún tema que tal vez nosotros no manejamos, pero sabemos que otras organizaciones tal vez puedan ayudar con el tema, por ejemplo, de migración entonces realizamos el vínculo; y a la inversa. Al reconocernos logramos un mayor impacto para incidir en las personas.

– ¿Cuáles son las temáticas principales que contiene estas carpetas que manejan?

– De manera general entre los temas básicos que nos solicitan están los derechos de las mujeres, violencia, feminicidio, derechos reproductivos de las mujeres y de los adolescentes, trata de personas. Además, existen temas que no están empezando a solicitar como sexualidad masculina, sexualidad integral, diversidad sexual, digamos que estos planteamientos los tratamos de manera general en las pláticas. Ya en el área de capacitación, tratamos temas de manera más especializada y a un nivel más profesional, por ejemplo, en lo que tiene que ver con la aplicación de la ley.

– En cuánto al trabajo con las instituciones educativas, ¿cuál es el enfoque de aproximación que utilizan?

En estos casos es importante entender la lógica con la que trabajan estas instituciones, en gran medida es muy poco el tiempo que pueden otorgarnos. A veces es un poco difícil ir más allá de un taller en las escuelas, sin embargo, hemos logrado generar algunos proyectos. En estas escuelas se lograron conjuntar grupos de alumnos de diferentes semestres que reciben una capacitación y de este modo se consigue formar promotores y promotoras de los derechos de las mujeres. Es debido a la dificultad de mantener los talleres en las escuelas que nos hemos abocado a generar más bien propuestas y proyectos a los que les podemos dar seguimiento. Por ejemplo, hemos alcanzado un nivel mayor de capacitación con docentes y con personal de trabajo social para dotarles de herramientas para detectar y manejar diversas problemáticas como la violencia sexual. Todo esto nos permite generar además vínculos con más instituciones e instancias y se han logrado una aproximación importante en lo general.

En el transcurso de 15 años la falta de acceso a una educación integral en la sexualidad ocasionó nuevas formas de discriminación.

-Se han generado muchos cambios en el ámbito de los jóvenes a lo largo de 15 años ¿Cómo enfrentan estas nuevas perspectivas y cuáles son los nuevos retos que enfrentan?

– Lo que veo es que en especial en cuanto a lo que toca a la sexualidad se han generado muchas formas de discriminación; pareciera que todo lo que es diferente se trata de manera diferente y produce un acoso escolar bastante fuerte. Justo por este motivo el tema de la sexualidad para nosotros ha sido muy importante, por un lado, la identidad sexual y por otro el cómo la expresamos. En esto la interculturalidad, pero sobre todo la interseccionalidad nos permite mostrar la diversidad de personajes y demostrar que ninguna es mejor que otra. Lo que detectamos es que las familias no están teniendo la información ni las herramientas para entender esta diversidad de personalidades y en consecuencia los chicos y las chicas responden a las situaciones conforme al contexto de las personas adultas. Así nos encontramos con que, por ejemplo, los jovencitos están teniendo una vida sexual activa pero no tienen acceso a métodos anticonceptivos o no tienen acceso a la información sobre su uso, por citar un caso.

Otra cosa en la que debemos tener claridad es en que, si bien realizamos propuestas de como atender estas problemáticas, también debemos exigir a las autoridades que existan los mecanismos y las formas para que las propuestas sean efectivas.

Por ejemplo, si bien hay nuevas leyes y proyectos de ley para que las mujeres tengan acceso a una vida sin violencia, no van acompañadas por una adecuación en el código penal para que se apliquen sanciones. Y de este modo las autoridades envían un doble mensaje, por una parte, se generan acciones, pero no existe un seguimiento, ni la aplicación de una sanción, entonces se le está enseñando a los jóvenes hombres que pueden violentar a las mujeres y no va a pasar nada.

La charla transcurre entre comentarios adyacentes conforme nuestras preocupaciones maternales se emparejan con las preguntas sobre el entorno de los más jóvenes. Edith ha tocado un tema que me remueve, la inacción de las autoridades y la desinformación que priva entre los funcionarios de las propias instituciones públicas, así que lanzo la pregunta:

– ¿Cómo podemos contrarrestar desde la sociedad la falta de difusión y seguimiento para que las acciones contra los diferentes tipos de violencia funcionen con efectividad?

– “Híjole, tocaste un tema muy fuerte». Si hemos encontrado que existe una falta de difusión en cuanto a los mecanismos que previenen los diferentes tipos de violencia, o bien contemplan sólo un nivel de educación, o simplemente no se aplican por desconocimiento. Nos enfrentamos a muchas lagunas en la formación de las trabajadoras y trabajadores educativos a este respecto, y también muchas resistencias.

Lo que intentamos es, tener este acercamiento a las instituciones para poder generar propuestas, con jóvenes y en menor grado para los trabajadores y trabajadoras. A pesar de las resistencias hemos podido generar algunos programas para cambiar el discurso de la violencia.

A pesar de todas las complicaciones hemos sido capaces de generar en promedio un espacio al año.

¿Es difícil generar estos espacios?

Es complicado sobre todo por la parte de los recursos y de movilidad. Lo que notamos desde el año pasado es que la negativa del gobierno para colaborar con las organizaciones sociales no esta acompañada con acciones que contrarresten las carencias en materia de derechos de las mujeres, ni de capacitación, ni de soluciones para todas las problemáticas que enfrentan los jóvenes.

Ante esto nos damos a la tarea de buscar estrategias para que, independientemente del recurso, continuamos creando los espacios que el gobierno no está proporcionando. En este sentido los talleres y los cursos nos permiten generar estos vínculos con las personas que sí tienen la posibilidad y sí tienen la intención de abrir acceso a estas propuestas para una vida libre de violencia.

Todavía no tenemos muy claro el panorama, pero estamos trabajando en implementar mecanismos para ampliar estas acciones que le hace falta implementar al gobierno.

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