En la Panificadora «La de Sta. Ana,» ubicada en el callejón del mercado municipal de Chiautempan, se elabora la tradicional Rosca de Reyes, destacando sabores únicos y una dedicación que trasciende generaciones.
Historia y tradición
Desde hace 30 años, esta panificadora familiar ha sido un referente en la producción de pan y al final de la temporada navideña elaboran la Rosca de Reyes, un elemento central en la celebración del Día de Reyes que se conmemora el 6 de enero.
Con un equipo de 16 personas, el proceso comienza el 3 de enero y hasta el 5 o 6 de dicho mes, periodo en el que se producen alrededor de 500 roscas al día.
Tamaños y sabores
Este exquisito pan adornado con ate, higo y azúcar esta disponibles en tres tamaños: mediana, grande y extra grande, con precios que van desde $250 la mediana hasta $350 la extra grande, dependiendo del tamaño.
Además, se ofrece una opción rellena con exquisitos sabores como queso con zarzamora, crema con nuez, cajeta con nuez y chocolate, en un horario de 7:00 a 21:00hrs.
El legado de la Rosca de Reyes
Una tradición con raíces históricas
Según algunos historiadores, durante el reinado de Luis XV en Francia, la tradición de incluir un pequeño objeto o haba en un pan tomó relevancia como una forma de designar al «rey del día».
Este acto evolucionó a partir de las antiguas Saturnales romanas, donde se elaboraban panes redondos que contenían una haba seca, y quien la encontraba era proclamado «rey» por un día.
Posteriormente, esta práctica fue adaptada al cristianismo, asociándose con la adoración de los Reyes Magos al Niño Jesús, y dio origen a la actual Rosca de Reyes.
El simbolismo del muñeco oculto
Dentro de cada rosca, se encuentra una figura del Niño Jesús, que representa el momento en que la Sagrada Familia escondió al Niño para protegerlo del rey Herodes.
La tradición establece que quien encuentra al Niño dentro de la rosca debe organizar una celebración con tamales el Día de la Candelaria el 2 de febrero.