La comunicación, así como la convivencia, que en contextos académicos y laborales necesita estar libre de prejuicios y de egos, son la clave necesaria para que cualquier profesionista pueda aventurarse a salir de su zona de confort y medir sus capacidades, sin temor, para competir con los mejores de otros países.
Así lo manifiesta Jair Guadarrama, un joven que prefiere omitir sus grados académicos con el objetivo de que el “ego” no permee en la práctica de la convivencia, algo que, a través de su experiencia, le ha permitido lidiar con políticos, académicos, líderes, incluso contra organizaciones multinacionales, que suelen subestimar las capacidades de otros, en especial a los jóvenes, precisamente por cuestiones de ego.
A través del taller “Desarrollo Social. Agenda 2030 en Nuestro Entorno”, impartido el pasado sábado 7 de mayo en el Colegio de Tlaxcala, a través de Colectivo Kybernus Tlaxcala, Jorge Jair compartió con destacados académicos la importancia del análisis de las distintas problemáticas inmersas en las políticas públicas, para encontrar y plantear acciones efectivas para la solución de las mismas.
En este taller se plantearon diferentes problemáticas que residen en el entorno inmediato de cada equipo participante, en el estado de Tlaxcala, como la obesidad, la igualdad de género, la salud ortopédica y alimentaria, los derechos indígenas, pobreza, contaminación del agua, actividades turísticas nocivas y educación, para las cuales los alumnos presentaron una proyección de soluciones basadas en el análisis de su propio entorno.
En este sentido, durante el desarrollo del taller, Jair también enfatizó cuan importante es desprenderse de los “egos” que limitan la apertura a nuevos aprendizajes y, sobre todo, a experiencias que permitan poner a prueba el nivel de competitividad de cada individuo en el entorno social.
“Al final, el que sobrevive en este mundo es el que está realmente preparado y actualizado. Lo que les puedo dejar es que deben de divertirse cada que hagan las cosas, porque al final esta pelea de egos, y esta pelea por ver quiénes son los mejores, no nos ha ayudado a cambiar realmente las políticas públicas.
El objetivo de valorar las circunstancias es [reconocer] que tu entorno tiene problemas, y una vez que los encuentras, al quererlas resolver, solitas llegan las soluciones y la remuneración”.
Reconoció también que las ODS (Objetivos de Desarrollo Sustentables) para la agenda 2030, tienen sus pros y contras, pues no siempre se pueden encontrar soluciones -fuera del ideal utópico- que realmente representen una solución efectiva a las problemáticas de sustentabilidad y biodiversidad.
Sin embargo, recalcó que el hecho de aperturarse a las diferentes posibilidades de desarrollo personal permiten una visión más clara de las problemáticas, y que salirse de la zona de confort, en este caso en el ámbito académico, ayuda a tomar decisiones claras y efectivas.
Además, resaltó que se debe incentivar la participación entre los tres sectores, el académico, el gubernamental y el ciudadano, en la toma de decisiones en beneficio de todos los sectores de la población.
“Hoy en día, en la parte de liderazgo con Kybernus, intentamos colocar a personas que puedan liderar, pero que también puedan tomar decisiones con equipo, no de forma individual, para que eso nos de la oportunidad de tener una responsiva completa. Que no le echemos la culpa al gobernador, al secretario, también la culpa es del ciudadano. Si no tenemos una instancia objetiva, tarde que temprano el sistema no los cobra”.
Por otro lado, remarcó el hecho de que cada alumno o alumna, de diferentes edades, debe darse a la posibilidad de tomar las oportunidades que se les presenten, puesto que esa iniciativa ha llevado a Jair a viajar a más de 22 países, de los cuales actualmente reside en Ecuador como uno de los pocos académicos jóvenes que tienen doctorado, que ha creado su propia línea de conferencias registrada, y que su especialidad en análisis de credibilidad le ha permitido conocer, debatir y lidiar con figuras políticas importantes.
“Uno de mis sueños desde niño era ser feliz, y cada vez que doy una conferencia, a pesar de encontrarme con paredes difíciles, me divierto. Lo que más me gusta es dar conferencias. Yo desde chico lo quise, lo planifiqué y dije que iba a viajar por el mundo y llevo haciéndolo durante 18 años en más de 22 países. Si hay algo que puedo lograr es que ellos viajen también y que puedan disfrutar del conocimiento, porque al final es lo único que nos llevamos”.
