Eduardo Sánchez, uno de los últimos artesanos de campanas

En la comunidad de El Rosario Ocotoxco existe un taller dedicado a la elaboración artesanal de campanas, instrumentos musicales de gran tamaño que dan vida y voz a los templos religiosos desde el 400 D.C. aproximadamente.

Eduardo Sánchez García, originario de esta comunidad perteneciente al municipio de Yauhquemehcan, Tlaxcala, es uno de los dos artesanos dedicados a la elaboración de campanas monumentales en El Rosario Ocotoxco.

Él lleva treinta años dedicándose a este oficio de gran complejidad, el cual aprendió por herencia familiar. De su familia, es el único que en la actualidad se dedica a la creación de dichos instrumentos.

Y es que cada una de las piezas varía de peso y tamaño dependiendo del gusto y requerimiento de los clientes, que son principalmente miembros de pueblos y comunidades que llegan de otros estados para encargar sus campanas, las cuales pueden pesar desde 100 kg hasta 1,500kg.

Proceso de elaboración

Para poder elaborar un solo ejemplar de casi una tonelada, don Lalo se puede tardar hasta un mes debido al proceso que conlleva, pues las campanas deben forjarse con lingotes de aleación de cobre, bronce y estaño, materia prima de cada pieza.

Cada campana se trabaja sobre molduras de barro elaboradas y diseñadas en el taller; desde el asa hasta los badajos, sobre los tercios o pies de las campanas puede agregarse altorrelieves de imágenes religiosas, así como inscripciones hechas a petición de los clientes.

Para fundir el metal se utiliza un horno con leña que debe alcanzar una temperatura de 1800 grados Celsius para derretir cada lingote, los cuales tardan aproximadamente 18 horas para fundirse solo para conformar una campana de mil 200 kilos.

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Este oficio lejos de ser complicado, también es costoso, pues el precio de la materia prima ronda en los trescientos pesos, la campana se vende por cada kilo, el cual cuesta 400 pesos, por lo que una campana de una tonelada tendría un valor de trescientos a cuarenta mil pesos.

Aunque las campanas se realizan en dicha comunidad, para Don Lalo su principal mercado se encuentra fuera de Tlaxcala, pues la mayoría de sus clientes provienen del estado de Puebla, específicamente de Cholula, municipio del que cabe mencionar cuenta con 365 iglesias para cada uno de los días del año y, por ende, cuenta con un mayor número de fiscales y mayordomos que buscan su trabajo por ser de gran calidad.

Agrega que la belleza de su oficio ha sido poder trabajar resanando campanas y que la más vieja que le ha tocado fue una en la comunidad de Los Reyes Huatlatlauca, en la sierra de Puebla, que databa del año 1600.

El último de los artesanos

Don Lalo cuenta orgulloso que el oficio del que subsiste es parte del legado de su padre, a quién recuerda con gran cariño. Pese a tener dos hijos que le ayudan a veces, ambos tienen sus propias carreras y aspiraciones, sin embargo, a él le gustaría que ellos continuaran con la tradición. Hoy en día son tres trabajadores los que le ayudan a construir campanas.

Por otro lado, la falta de prospectos no ha sido la única circunstancia desfavorable para el legado de Don Lalo, también lo ha sido el cierre intermitente de iglesias debido a la pandemia por Covid-19.

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En este sentido, las campanas se dejaron de usar por el cierre de iglesias, lo que afectó de manera económica a su negocio, pues la principal fuente de su actividad es la creación de todo lo que tiene que ver con ellas como los badajos, el mantenimiento, entre otros.

Por ello, debido a la poca demanda de su trabajo, espera que en un futuro la apertura de las iglesias provoque que su negocio vuelva a funcionar.

Cabe mencionar que México es considerado por el antropólogo Francesc Llop i Bayo, como el principal país productor de campanas, con 80 ejemplares en comparación a los cinco que se llegan a realizar por país en Europa.

Dato curioso:

¿Alguna vez has visto una campana volteada sobre su contrapeso de madera?

Esto es porque, cuando el campanero golpea o jala la campana para hacerla sonar, muchas veces estas llegan a golpear y empujar a quién se encuentre cerca de ellas, provocándoles una muerte instantánea.

Es debido a esto que, como represalia a la campana, se voltean sobre su yugo para “castigarla”, pues el peor destino que puede tener un instrumento de este tipo es que ya no se le permita sonar.

Fotografías: Alex Camargo

Fuentes:

https://www.inah.gob.mx/boletines/8744-las-campanas-son-el-mejor-instrumento-para-expresar-los-sentimientos-de-una-comunidad