En la explanada del parque de Apizaco, a los pies de la basílica, una voz bailaba entre las paredes de piedra y los ecos de los pasos que el viento fuerte se llevaba. Ahí, con su traje de charro y una canasta de mimbre frente a él, estaba un joven que cantaba suavemente con su grabe voz titilante, al compás de la melodía que brotaba desde una pequeña bocina a su costado.
Guillermo Cruz Sánchez es un joven de 18 años originario de Santa Anita Huiloac, del municipio de Apizaco. Su pasión por la música le ha llevado a cantar y a interpretar melodías que sólo voces como las de Jorge Negrete, Pedro Infante y Vicente Fernández han hecho icónicas.
El joven Guillermo comenta que nunca ha asistido a una escuela de música, todo lo que él sabe se lo debe a su abuelo, quien le heredó el amor al campo y también él que le enseñó a cantar las melodías de los viejos cantautores que a él le gustaban.
Guillermo, orgulloso de su origen, no vive de cantar porque su trabajo se encuentra en el campo, sin embargo, es una manera de conseguir ingresos extra. Aunque su pasión es el canto, actualmente está estudiando una ingeniería en soporte técnico, algo demasiado distante a lo que el arte que lleva impreso en su persona es.
Cabe resaltar que Guillermo Cruz, cuyo nombre artístico se compone de los nombres de su abuelo materno, Guillermo, y su abuela paterna, Cruz, tardó tan solo un año en dominar aquella voz tan fascinante únicamente con la enseñanza de su abuelo.
