La laguna de Acuitlapilco, un lugar de recreación y turismo

La laguna de Acuitlapilco en Tlaxcala es un lugar de recreación y turismo al que la gente, en su tiempo libre, visita para convivir en familia, pasar el rato con amigos, pescar, navegar en lancha y hasta volar papalotes.

Los habitantes de las comunidades que rodean la laguna, Santa María Acuitlapilco y San Sebastián Atlahapa, conviven y realizan diferentes actividades recreativas como cocinar al aire libre, aprovechar los vientos para volar papalotes, e incluso pescar.

Algunos, procedentes principalmente de Atlahapa, aún conservan la pesca como una actividad de sustento para sus familias. Armados con una caña de pescar y mucha paciencia, pasan el rato a la orilla de la laguna, esperando llevar una buena colecta a sus hogares.

Esta laguna es considerada el segundo cuerpo de agua más importante de Tlaxcala, compartida por los municipios de Tlaxcala y Santa Isabel Xiloxoxtla, aún posee una diversa fauna silvestre como patos, garzas y aves pequeñas, así como mojarras y peces más pequeños.

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Dicha fauna marina también sirve de alimento para las aves acuáticas que residen en la zona, como los habituales patos, pero fue recientemente que los propios residentes se percataron de la llegada de unas aves que no se habían visto antes en esa área.

Se trata de pelícanos blancos americanos y australianos. Los primeros poseen un plumaje blanco residen principalmente en Estados Unidos y Canadá, y migran hacia México durante la temporada invernal.

Mientras que los otros, cuyo distintivo es el plumaje negro que adorna sus alas, es una subespecie que reside en Australia y Nueva Zelanda, aunque no se sabe si directamente llegaron de estos países, su plumaje los distingue de los demás.

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No se sabe cuánto tiempo estarán en tierras tlaxcaltecas, aunque es de resaltar que la temporada invernal está por concluir y su paso por Tlaxcala es apenas reciente y su especie es considerada casi amenazada.

Por otro lado, hay que recordar que esta laguna también se encuentra bajo amenaza, pues algunos habitantes de la zona han comenzado a invadir sus límites con fines particulares.

Fotos: Noemi López // Melisa Ortega // ACA