Es el último viernes de éste año 2019 y se despide con un hermoso atardecer en un punto de la ciudad de Santa Ana Chiautempan, donde el paso constante del ferrocarril hizo que un ahuehuete, ubicado junto a la antigua estación, adquiriera la forma de un arco en su costado.
Este ahuehuete es el único que se encuentra en éste sitio, custodiado la antigua estación junto a otros tres árboles más, quienes fueron testigos de los cambios de la pequeña ciudad.
Presenció la desaparición de las fábricas, del cambio de trenes que se realizaba en el lugar, la tala de los árboles que les acompañaban y la colocación de los durmientes en forma vertical para evitar a los comerciantes.
Aun así, sobrevive y muestra que, a pesar de ser un árbol, es capaz de adaptarse al paso de los años y al paso de “la bestia”.
Texto y Fotos: Melisa Ortega
