Cuenta la leyenda, que el unicornio es un ser mágico que con su cuerno ayudo a fabricar «caja mágica», un artefacto que permitió al mago Merlín visualizar a sus enemigos durante las batallas medievales. A este objeto se le conoce como «cámara oscura» y no es más que una caja con un orificio diminuto llamado «estenopo», que permite el paso de luz a su interior, generando una imagen invertida que se proyecta sobre una superficie fotosensible.
En la búsqueda de los conocimientos del gran mago, Miguel Ángel Huerta, un joven de 32 años originario del municipio de Apizaco, Tlaxcala que se ha dedicado durante 10 años a la investigación, innovación y profesionalización de esta técnica fotográfica.
Antropólogo de profesión por la Universidad Veracruzana, relata que sus inicios en la fotografía fueron en el Centro Cultural La Libertad en su estado natal, donde aprendió que esta técnica era más que levantar una cámara, era contar una historia.
Sin embargo, fue en la universidad donde descubrió la fotografía estenopeica, una técnica ancestral que consiste en tomar fotografías a través de la cámara oscura, pero no fue hasta que viajó a Oaxaca que comenzó a profesionalizarse en ella.
Amante de las técnicas analógicas, Miguel entra al cuarto oscuro, enciende la luz roja de su laboratorio y procede a revelar sus fotografías como un alquimista en busca de la piedra filosofal, consiguiendo plasmar un instante de la vida sobre un papel.
«Me gusta trabajar con el cuerpo, con todas sus posibilidades y al ser la fotografía estenopeica una técnica lenta me permite jugar con el movimiento, con las dobles exposiciones y las sobrexposiciones; también me gusta ser amigable con la naturaleza, pues esta técnica me permite crear mis propias cámaras con materiales reciclables«, explica Miguel.
Actualmente, Miguel es acreedor de los Estímulos a la Creación y Desarrollo Artístico de Tlaxcala 2022 (PECDA). En su proyecto, ha fusionado sus dos pasiones: la antropología y la fotografía, realizando un recorrido por el «Camino Real de Tlaxcala» para retratar con la cámara estenopeica las iglesias y sitios importantes que muestran la historia y el patrimonio cultural de los tlaxcaltecas.
De igual forma, se encuentra en el proceso de llevar su laboratorio a un nivel profesionalizante para abrirlo al público y enseñar las técnicas analógicas a la población en general. Este año colaboró como organizador en el Segundo Festival Estenopeico en Tlaxcala, cuya finalidad es crear comunidad y difundir los procesos alternativos.
Por último, invita a todas las personas interesadas a acercarse a los procesos analógicos, pues considera que «este tipo de fotografía no está amarrada a los procesos técnicos, es completamente experimental. Todo lo que puedes imaginar lo puedes crear a través de un estenopo. La fotografía analógica te permite jugar con la creatividad, (…) y la creatividad es lo único que no tiene límites.”
