Quedan al menos 300 hablantes de lengua otomí en Ixtenco: ARM

Son al menos 300 los hablantes de la lengua otomí que aún quedan en el municipio de Ixtenco, de los más de 700 que se tenían registrados anteriormente hace poco  más de dos años, pues la mayoría de los hablantes eran adultos mayores que ya han fallecido.

Así lo refirió Agustín Ranchero Márquez, un hombre de edad mayor que viste orgulloso su calzón de manta con guaraches y sombrero, quién funge como cronista del municipio de Ixtenco desde el año 2017.

Este municipio es considerado el “último bastión de la lengua otomí” en Tlaxcala, sin embargo,  actualmente esta lengua en la entidad está calificada como en “riesgo de extinción” por la disminución alarmante en el número de hablantes.

El principal motivo, como ya se ha comentado, es el deceso de los hablantes de la lengua Yuhmu, o como los nahuatlatos la conocen, “otomí”;  ya que la mayoría “han desfilado al panteón”, explicó el cronista.

No obstante, la disminución de los que parlan esta lengua materna no es el único problema que aqueja a ésta comunidad, sino que además el nombre de Ixtenco no es la denominación real.

Según relató, la palabra Ixtenco no proviene del yuhmu sino del náhuatl “ixtli”, que significa “ojo”, o “de frente”, o “en la orilla de la rivera”, lo que ya hace difícil ponerse de acuerdo con el significado, además la terminación “co” que significa “lugar”.

Explicó que ni siquiera es una españolización del nombre sino que está “nahualizado”, por lo que la manera correcta de pronunciarlo en yuhmu sería Ixteingo o Ixtengo, que proviene de tres raíces: “Ix”  que es maíz; “te”,  atole e “ingo” es fiesta, que puede traducirse como “donde se toma el atole agrio en la fiesta”.

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Relató que por allá en 1990, por orden de un presidente municipal, se había acordado que prevalecería el nombre de Ixtenco en lo que se definía la connotación real, pero ha pasado el tiempo y mientras no se rescate el idioma no se sabrá los secretos detrás de éste.

“Cuando rescatemos nuestro idioma materno sabremos todos los secretos, porque ahí está todo”, refirió, a la par de inferir en el problema de las denominaciones de los pueblos que podrían no ser las que actualmente se conocen.

En este sentido mencionó que una vez fue invitado a una reunión de los 60 cronistas municipales, quienes llegaron al acuerdo de que los glifos escritos en los pueblos no corresponden a los nombres reales porque se hicieron en la época colonial.

Lamentó la pérdida de información sobre los orígenes de los pueblos; “Mucha documentación fue quemada, desaparecida; satanizaron los escritos, entonces se pierde la información, pero se conserva dentro de la lengua materna”.

Y es que la preservación de la historia se comienza con el entendimiento de la lengua materna, por ello, don Agustín comentó que los mismos habitantes, principalmente jóvenes, se han interesado en aprender el yuhmu, sin embargo sólo entienden la lengua más no son capaces de hablarla.

Refirió que la escuela bilingüe, que llevaba operando más de 25 años, nunca funcionó en la enseñanza de la lengua materna, principalmente porque quienes debían de enseñar el yuhmu eran nahuatlatos, “de bilingüe no tienen nada”.

“Yo no puedo ir a enseñar el inglés a Estados Unidos, aunque le entienda un poco, deben enseñar los que lo hablan, ese es el caso de la lengua yuhmu”.

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Por ello, la travesía del cronista por impartir su lengua materna tuvo diferentes dificultades, sin en cambio, a través de una consulta a padres de familia, una escuela de religiosos permitió la enseñanza de la lengua; “por primera vez cantamos el himno nacional en lengua yuhmu, entonces la escuela bilingüe se molestó”.

No sólo la pronunciación es lo más complejo del yuhmu, también la escritura, pues antes no se contaba con un alfabeto gramatical, sin embargo explicó que  a través del Instituto Tlaxcalteca de Cultura (ITC), se solicitó a un tecnolingüista para que pudiera crear el alfabeto gramatical.

“El constituyente de 1917 pretendió unir un solo idioma en toda la nación, porque el gobierno no se podía comunicar con las lenguas maternas ya que no hablaban el español, por lo que gobierno estableció que la educación es gratuita, como lo establece la Constitución Federal de la República y un solo idioma va a hacerse, como lo es el español”.

En este tema refirió que el español no es un idioma, es un dialecto, pues constituye una variante de una lengua como lo es el latín, en cambio, expresó, que en ese sentido se debería  considerar al español de México como “idioma mexicano”, porque está mejorado, está compuesto por varias lenguas y se ha hecho propio.

Por último, explicó que el estado de Hidalgo, uno de los que posee el yuhmu como lengua principal, ha intentado imponerse sobre las demás variantes, empero las diferentes regiones no pueden homogeneizarse debido principalmente a la pronunciación en cada región.

Concluyó que Ixtenco, junto con San Pablito Pahuatlán en Puebla, Veracruz, Michoacán y Guanajuato son los únicos que hablan el Yuhmu como una lengua pura, pues no utilizan palabras en español o no lo mezclan con ese dialecto, mientras que en Hidalgo, Querétaro y el Estado de México  se habla con esa variante mezclada.

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A grandes rasgos, Ixtenco es una de las comunidades que no sólo depende del interés de los jóvenes para el rescate del yuhmu, sino que además se necesitan implementar medidas urgentes a nivel educativo para impartir y preservar las lenguas maternas.

Texto: Melisa Ortega

Fotos:  Melisa Ortega / ACA