Tlaxcales: El manjar originario que ha sobrevivido al paso del tiempo

Melisa Ortega. 2 de octubre de 2020.

Los Tlaxcales tan solo son un postre hecho a base de maíz molido en forma de triángulo, cuyos sabores tradicionales son guayaba y canela, pero su simbolismo y la historia que va ligada al origen de la identidad de todo un pueblo, son el vestigio que ha sobrevivido al paso del tiempo, pero que, sin embargo, se encuentra a miras del olvido.

Primero hay que saber que tlaxcal o tlaxcale tiene su origen en la palabra de origen náhuatl “tlaxcalli”, que como todo tlaxcalteca sabe, se traduce al español como “tortilla o pan de maíz”.

Este postre es el invento de los pueblos originarios de la región. Su origen data de hace más de 3,500 años, aunque la domesticación del maíz en Mesoamérica se dio hace aproximadamente 9 mil años.

No se conoce con precisión la fecha de su origen, pero el proceso para elaborar una tlaxcalli o tortilla, que es la nixtamalización del maíz, es uno que gracias a la herencia ancestral y a las enseñanzas de madres a hijos, ha convertido a la tortilla en un elemento fundamental en la dieta de los mexicanos.

Presumiblemente, el hogar que vio nacer a la tlaxcalli es aquel que lleva su nombre como emblema de orgullo nacional: Tlaxcala. Esta palabra, aunque tiene origen náhuatl, es la versión “españolizada”, puesto que el nombre correcto es Tlaxcallán (“Tlaxcalli”, tortilla o pan de maíz y “lan”, lugar).

Derivado de esta delicia cotidiana de origen nahua, debido al mestizaje y a la introducción de alimentos procedentes de Europa y Asia, se fueron sumando otros ingredientes como la guayaba (de centroamérica), canela (Sri Lanka) y azúcar (India) o piloncillo.

>>>  Se inauguró la VII Semana de Difusión de la Cultura Bioética

La anterior es la forma más tradicional de su preparación que tiene como ingrediente principal el maíz, sin embargo, existen variables de esta receta que llevan además huevo, harina y leche.

Una de las familias que ha heredado la tradicional forma de elaborar los tlaxcales es la de Perla Morales y su madre. Ella narra que su mamá, desde las 3:00 hrs., se dispone a su elaboración.

Para crear un tlaxcal se necesita moler el elote que se ha endurecido, a la masa se le agregan los ingredientes que le darán sabor como la guayaba, la canela y el piloncillo, también pueden llevar queso.

Los ingredientes que constituyen sus tlaxcales son en su mayoría procedentes de su huerto, que les provee de maíz en temporada, chiles y otros frutos. Una vez molido el grano, se les da una forma de un triángulo regordete que posteriormente será cocido en comal de barro.

Este manjar es el acompañamiento perfecto para un día frío, se puede acompañar con café o chocolate caliente, además, según Perla, es un postre codiciado por los ciudadanos de Tlaxcala, y más aún por los visitantes.

Para anunciar la presencia de este postre, ella grita con un tono peculiar su nombre. Perla lleva dedicándose a la venta de tlaxcales desde que era pequeña.

Por otro lado, pese a que este postre es codiciado, cabe resaltar que muy poca gente se dedica a su elaboración. Perla cuenta que tan solo en la ciudad ella y su madre son las únicas que la venden. Sumados están algunos restaurantes que los comercializan como postres gourmet con más variedades de sabores.

>>>  Presentan catálogo de “Los Fridos. Una génesis permanente”

Además, en este periodo de pandemia, el negocio y la venta de tlaxcales se vio afectado. Desde abril, el canto de los tlaxcales no se escuchó entre las calles desiertas y para finales de septiembre, ellas apenas comenzaron a salir.

Doña Male, madre de Perla, comenta que, en el tiempo que se ha dedica a vender chiles en nogada, muchos de sus clientes preguntaron por el postre, que estuvo escondido a lo largo de cinco meses, pero que ahora se puede encontrar de nuevo en el primer cuadro del centro de la ciudad.

El tlaxcal, aunque es un manjar y tiene un origen ligado a la historia, incluso de la propia ciudad, también es probablemente el más olvidado por los propios habitantes.