“Unas tiras muy largas” de Candelaria Magliano es una carta amorosa a la ausencia, la pena y el vacío que deja la muerte

“Unas tiras muy largas” de Candelaria Magliano es una carta amorosa a la ausencia, la pena y el vacío que deja la muerte

La obra versa sobre la persistencia del amor a pesar de la muerte, a partir del retrato de situaciones y escenarios recreados, atravesando lo visible, lo obvio, interrogando la ausencia; es en esencia una historia sobre la muerte y la pérdida, pero es también, una historia sobre el amor que trasciende tiempo y espacio.

“He tenido la suerte de ser hija de un buen hombre, de su mano aprendí que el mundo es ancho, generoso y que hay lugar para todos, que la libertad es un derecho complejo, costoso y a veces doloroso, pero irrenunciable.  
Que uno no siempre hace lo que quiere, pero uno siempre tiene la posibilidad de no hacer lo que no quiere y que, cuando todo falla, todavía nos quedan los amaneceres y las risas, que comienzan en casa y por uno, no es todo lo que quisiera, pero es bastante más que nada, bien mirado es casi casi, un privilegio”: Candelaria Magliano.

E. Guzmán / 15-03-2024

Oriunda de la provincia de Córdoba, Argentina, la comunicóloga de profesión Candelaria Magliano realizó la presentación de su libro intitulado “Unas tiras muy largas”, la tarde de este viernes en la capital tlaxcalteca.

La también técnica en periodismo y académica, se dijo feliz y emocionada por visitar el país y la entidad, al tener la oportunidad de mostrar sus proyectos fotográficos, toda vez que representan una parte de su labor como artista, desarrollando historias y relatos que forman parte de una narrativa que permita contar historias.

“Me interesa desarrollar historias, relatos, porque creo que los cuentos son mucho más que un entretenimiento, porque creo que nos permiten entender el mundo, situarnos en él, aceptarlo, proponer cosas nuevas, muchas posibilidades que nos da la narrativa” dijo.

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Reflexionó acerca del que hacer fotográfico y como este permite también ser parte de la historia del mundo, al retratar desde aspectos sociales y denuncias, así como la celebración de la belleza, el candor y la ternura del mundo, posando el alma en: “amaneceres rosas y sentir que la vida es otra vez un regalo”, aunado a la construcción colectiva de lazos y proyectos de vida, vinculados en los lazos afectivos, siendo un motivo de celebración de diversidad a través del registro de la lente.

“Yo no doy fe, no doy testimonio, no hago fotos de paisajes, no construyo especialmente comunidad, yo trato de construir historias, porque es la única manera que he encontrado de dar sentido a las cosas que me pasan, que no pasan, porque no soy especial, ni tan distinta, me pasa más o menos lo mismo que a todos” manifestó.

Señaló la técnica usada en sus obras, principalmente con la aplicación de un recurso denominado Mise-en-scène (puesta en escena) en la que, se permite evocar situaciones de ensoñación poética y narraciones vividas, ante lo que, expuso el origen del proyecto, rememorando el fallecimiento de su padre como la procedencia y raíz del mismo, al enfrentarse a la inocencia de su hijo por la falta de una imagen corpórea de su abuelo, ella solo atinó a decir: “Tu abuelo está en el cielo”, para encontrarse con la respuesta que habría de dar sentido a la obra; “El cielo está muy lejos, yo le voy a dar unas tiras largas para que baje a visitarnos”.

Materializando el pensamiento que (de primera) tratase de un proyecto de índole personal – reconoció la artista – sin embargo, se encontró con la emoción y empatía de quienes visualizaban el material primordial, por lo que pensó; “Ahí había algo para contar, algo mucho más universal que mis circunstancias”.

Por medio de una “sinergia” con otros colaboradores, se realizó la concordancia para concretar el resultado de un viaje hacia afuera, pero también hacia dentro; “A veces nos cuesta tanto contestar cuando nos preguntan por alguien que nos falta, si insistimos en buscar una respuesta a la pregunta por la muerte de alguien cercano, es porque hay algo más que el dolor y una perdida, la ausencia no sería un tema a tratar si no estuviera precedida por la fuerza del vínculo”, espetó.

“Primera y fundamentalmente estamos unidos por el amor o mejor dicho por la persistencia de ese amor y esa diferencia importa, en definitiva, lo que yo quise contar es que, más allá del dolor y la pena, lo que nos queda siempre es el registro del dolor compartido, siempre”, concluyó.

Por su parte Itsel Martínez Rodríguez especialista en lenguas, traductora e intérprete, destacó el trabajo editorial, en tanto, señaló la nostalgia histórica del país sudamericano, por lo que se dijo conmovida ante la obra, sobre todo en un contexto pandémico y tras una perdida: “Más allá de la muerte, de quien ya no está, habla del acto de trascender, dejando un camino de nostalgia”.

“Pareciera que el amor está acompañado de la nostalgia y sobrevives porque decides seguir amando (…) en unas tiras muy largas es claramente que Candelaria decide seguir amando, porque sabe que es el único puente irrompible que trasciende estos dos caminos, me parece que, al margen del tema que lleva, denota la identidad que es un tema de pensamiento e imaginación de diferentes posibilidades y emociones, que te vuelven vulnerable, pero que entiendes que la vida es un posibilidad, en algún momento de esos intervalos de emociones, puedes conocer el amor y puedes decidir siguiendo por amor”.

La también gestora cultural, discernió sobre el trabajo fotográfico y la simbología transitiva del mundo de las ideas, pasando por las emociones y el reconocimiento didáctico lúdico:

“El libro en sí, tiene este plus, porque no es un libro para coleccionar, porque tiene dentro un mundo tangible, ideológico, fuera de serie”.