9 de junio de 1527
La misión de los 12 frailes franciscanos a territorios de la incipiente Nueva España comienza el 13 de mayo de 1524, cuando desembarcan en Veracruz. A principios de junio pasan por Tlaxcala y se detienen unos días, es cuando ocurre la famosa mención del nombre de Motolinía.
El 2 de julio de ese año se reúnen en Ciudad de México en el mal llamado Primer Concilio Mexicano, decidiéndose la fundación, con esa fecha, de cuatro monasterios: Ciudad de México, Tetzcoco, Huexotzinco y Tlaxcala.
De inmediato se reparten los religiosos incluyendo a los frailes que ya habitaban, tocando a Tlaxcala solamente tres: García de Cisneros, Martín de la Coruña y Andrés de Córdoba, quienes inician su labor en un edificio en Tozcoc en el tlahtocáyotl de Ocotelulco.
Ahí estarán 3 años en tanto se realizaba la construcción en el paraje llamado Cuitlixco del valle de Chalchihuapan, donde estaba una fuente de importante presencia religiosa para la población tlaxcalteca.
Dicha construcción comenzó antes de concluir el mismo año de 1524 en el sitio que escogió Martín de Valencia, custodio de la Provincia del Santo Evangelio y, en ese momento, cabeza de la iglesia católica en Nueva España.
Gibson se equivocó (como en otras cosas) al decir que en 1527 el monasterio se trasladó al “otro lado del cerro” en el mismo Ocotelulco, cuando la fuente que utilizó textualmente dice “al otro cerro enfrente del monasterio que ahora está” (Historia Eclesiástica Indiana, Jerónimo de Mendieta). Este error ha sido seguido por los ‘investigadores’ sin mayor reflexión.
El cronista Zapata y Mendoza refiere desde 1525 la existencia de una capilla “que aún es un jacal” en lo que será el atrio bajo en los siguientes años, para ser precisos donde actualmente se ubica la plaza de Toros, capilla que será utilizado los siguientes años como parte del Hospital de La Encarnación. Para 1526 ya se utilizaba para bautizar y cantar misa.
Es de mencionar que, de los cuatro primeros monasterios mencionados, el único que sigue siendo la construcción original es el de Tlaxcala, en los otros tres casos, los edificios que hoy conocemos, sustituyeron tanto en construcción como en ubicación a los iniciales del año 1524. Esto hace del monasterio de Tlaxcala el más antiguo de México.
El domingo 9 de junio de 1527, en la “pascua del Espíritu Santo”, es decir, el domingo de Pentecostés, los franciscanos comienzan a habitar el Conjunto Conventual que hoy conocemos, de acuerdo a la cita explícita de Zapata y Mendoza que así lo registra y que además confirman Motolinia y Mendieta en sus respectivas historias.
El nuevo guardián del convento es Martín de Valencia, precisamente a partir de la primera semana de ese mes de junio.
En este conjunto conventual tomará posesión en octubre del mismo año, fray Julián de Garcés como primer obispo de México y segundo de América continental. Así el monasterio será sede de esta institución eclesiástica católica.
Una historia de casi 5 siglos que lo hacen único por su construcción, su ubicación, por las instituciones que albergó.
Hoy, es motivo de celebrar estos 495 años, no de un edificio religioso, sino de un centro de la sociedad tlaxcalteca en cuanto a cultura, arte, política, servicios de salud, entre otros.
Armando Díaz De la Mora
