12 de julio, 2018
Debido a las constantes lluvias que han caído en estos meses, los montículos y escombros que quedaron sobre la Parroquia de San José después del 19s, poco a poco se han removido, dejando al descubierto grietas por las que se filtra el agua.
Estas filtraciones son una amenaza para la estructura de manera externa e interna, por lo que el INAH comenzó con los trabajos de mantenimiento y protección de éste inmueble histórico, para reducir el impacto que la lluvia pueda tener sobre él.
Al respecto, en entrevista a éste medio, el delegado Federal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Eduardo Emilio Velázquez, comentó que es un trabajo que está tomando tiempo debido al tipo de acciones que deben tomarse.
“Tenemos el problema precisamente de las lluvias, por eso es que hemos protegido los templos, los hemos cubierto, sobre todo el de San José porque, finalmente (…) tenemos que tener esa precaución”, explicó.
Afirmó que se han comenzado con los trabajos de restauración, sobre todo con los muebles e imágenes que necesitan especial atención, y que de manera posterior se comenzará a hacer la intervención al templo.
“Tenemos tres semanas que iniciamos estas acciones, son acciones lentas porque son procedimientos que tienen que darse con el cuidado de que los materiales sean compatibles con los originales, y son procesos tardados pero que finalmente lo importante era empezar”, comentó.
De manera visible, se han resanado varias de las grietas, por ejemplo de la cúpula, para impedir que el agua se filtre y provoque más daños a la parte interior. Por fortuna las lesiones no “han empeorado” y con los trabajos se espera que estos daños se reduzcan.
Comentó que los cien templos que quedaron dañados han sufrido los mismos estragos por la lluvia, por lo tanto se están tomando medidas para que “las partes más afectadas” no tengan efecto por acción de la lluvia.
Al ser trabajos de restauración, no se cuenta con un plazo de terminación definido, Velázquez recomienda a la población, cuidar los templos, porque en parte, el daño que ocasionaron los sismos fueron provocados por “un mal mantenimiento” – que se supone que justo en ese periodo, el ayuntamiento le acababa de dar cuidado preventivo a la parroquia – de los inmuebles.
Por ello, se busca que las comunidades, los propietarios y los habitantes, ayuden al cuidado de estos inmuebles evitando hacer alguna acción que los afecte.
Texto y foto: Melisa Ortega