«La Charrería», más que un deporte un estilo de vida

Entrenamiento de Charros del Rancho «El Ocotal»

La charrería mexicana es más que el deporte nacional por excelencia, es un estilo de vida, así lo refiere Gaspar Montiel Coto presidente de la asociación de charros “El Ocotal”.

Originario del municipio de Tlaxcala tuvo su primer acercamiento a la charrería desde pequeño, donde gracias a amistades pudo sumergirse en este deporte que le ha dejado grandes experiencias y satisfacciones; de esta forma busca transmitir su pasión por dicha actividad a las nuevas generaciones con la conformación de un equipo propio.

Montiel Coto invita a jóvenes de entre diez y veinticinco años con interés y gusto por la charrería a aprender y unirse a los entrenamientos, el único requisito son las ganas y la posibilidad de poder adquirir el ajuar y el caballo, aditamentos que en su inicio son proporcionados por el equipo.

Con raíces en los llanos de Apan, Hidalgo, la charrería es un motivo de orgullo en la cultura mexicana, consta de la combinación de distintas formas de jaripeó, ganadería y actividades ecuestres.

Se realiza en el “Lienzo Charro”, espacio dedicado a la ejecución de distintas suertes, donde 12 jóvenes tlaxcaltecas de entre quince y veinticinco años amantes de la charrería entrenan de dos a tres horas en las instalaciones del rancho “El ocotal” e “Isidro Candia”, para perfeccionar sus movimientos.

 Entre las suertes más características que ejecutan se encuentran: los” piales en el lienzo”; el “coleadero”; la “monta de yegua”; la “monta de toro y ternas”; el “paso de la muerte”, entre otras, cada una con un grado de complejidad diferente.

De la misma forma buscan conformar un equipo de escaramuzas infantiles, grupo de mujeres que al igual que el charro, realiza diversas rutinas donde el control del caballo y la sincronización de movimientos es lo más importante, estas rutinas incluyen: “los cruces”; las “escaleras”; los “giros”; los “amarres” y el “abanico”, coreografías que requiere de valentía y destreza en su ejecución.

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El caballo, fiel acompañante de charros y escaramuzas comprende ciertos cuidados, el principal es la alimentación a base de proteína y mucha fibra, la dieta se compone de avena en paca, grano y alfalfa en combinación de alimento que permite un buen rendimiento en las competencias; dentro de las razas ideales de potros está el “Cuarto de milla “, que a pesar de no ser muy vistoso suele ser veloz, potente y rendidor, características necesarias en este deporte.

Gaspar recuerda que en su infancia por diversos motivos no le fue posible adquirir un caballo, sin embargo, es a través de su hijo Ángel Gabriel de 16 años y de su hija Alejandra, joven escaramuza de 13 años, y en compañía de su esposa que disfruta y hace suya cada una de las experiencias de la charrería.

Por último, agrega que al igual que otros sectores, este deporte nacional se vio afectado por la pandemia derivada del SARS-CoV-2, sin embargo, invita a la población a no dejar que decaiga esta tradición considerada “Patrimonio Inmaterial de la Humanidad” y espera próximamente regresar a las exhibiciones, competencias y campeonatos para seguir manteniendo vivo el arte de la charrería en el estado de Tlaxcala.

Texto: Noemi López

Fotografías: Alex Camargo // Noemi López