Desigualdades estructurales y normas estereotipadas son obstáculos para las mujeres

Las desigualdades estructurales, las normas estereotipadas y la falta de espacios inclusivos son de las principales causas que impiden a la mujer desempeñarse libremente en el ambiente laboral y político.

Lo anterior fue expuesto por  María Guadalupe Silva Rojas, magistrada de la Sala Regional Ciudad de México del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), durante la ponencia “Violencia política por razón de género y su tratamiento ante órganos jurisdiccionales”.

En dicha ponencia auspiciada por el Tribunal Electoral de Tlaxcala (TET) y la asociación civil Nosotrxs, la magistrada refirió que pese a los avances en cuestión de género aún existen obstáculos que son impuestos para impedir que las mujeres puedan ejercer sus labores sin ser discriminadas o violentadas.

Indicó que muchos de dichos obstáculos no sólo son conocidos, sino que además hay obstáculos que permanecen sin ser visibles, puesto que la sociedad aún posee “cúmulos de roles estereotipados y micromachismos”,

Respecto a las desigualdades estructurales, explicó que las condiciones en las que nacen y se desarrollan los seres humanos fijan la calidad de vida que tendrán en un futuro, es decir,  los privilegios que poseen algunos para obtener lo que desean marcan una diferencia importante entre aquellos que deben decidir lograr una mejor calidad de vida.

Ella ejemplificó esta desigualdad con su propio caso, ya que reconoció que durante su vida tuvo las facilidades económicas que le favorecieron estudiar en un colegio privado y un doctorado, por lo tanto se le considerará una persona mejor preparada para cargos importantes que alguien que no ha obtenido una mejor preparación.

Indicó que precisamente es ese estereotipo lo que hace que el sector académico, el colegiado, determine la toma de decisiones en beneficio a un cierto número de personas y no de una población completa, pues tener diversidad (los que están “más preparados” y los que no) ayudaría a comprender situaciones que el grupo privilegiado no visibilizaría por sí solo.

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Por ello, en el caso del género, la sociedad se construyó para favorecer el camino de los hombres en los diferentes oficios que, para una mujer sería “difícil” de lograr según los roles estereotipados.

Lo anterior significa que dichos roles no sólo han colocado al hombre como un sujeto más capacitado para realizar ciertos trabajos, lo que dificulta que se le tome el reconocimiento y el mérito a las mujeres que también tienen la capacidad pero que cuyo género repleto de obstáculos y estereotipos impide que la sociedad la tome como igual.

Silva Rojas explicó que uno de los obstáculos que impiden el desarrollo pleno de las mujeres en un ambiente laboral es la falta de lactarios, en pleno desarrollo social contemplar a los lactarios dentro de las oficinas aun es mal visto, pues se cree que tener hijos para una mujer impide que pueda laborar de manera plena.

Y es que, explicó, los lactarios no pretenden feminizar los espacios que están obviamente pensados para la comodidad masculina, sino que pretenden hacer a los espacios más incluyentes, pues no sólo ayudarían a las mujeres a ejercer diversas labores, sino que también ayudarían a los hombres con hijos a desempeñarse de igual manera.

Los mismos roles, afirmó, también perjudican un ambiente igualitario en el marco legal, puesto que en el caso del divorcio, las normas estereotipadas siempre favorecen la custodia de los hijos a las madres, por la cuestión de que sólo es “obligación de las mujeres” el cuidado de los hijos.

Indicó que éste también es un obstáculo que no fácilmente es visible, pues los hombres también tienen derechos y también tienen la obligación de hacerse cargo de sus hijos.

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 Por último, en el caso de la violencia por razones de género, explicó que es un tema complejo. Hizo énfasis en que para realizar un correcta denuncia, y evitar el cuento de “el niño y el lobo”, se debe tener la facilidad de reconocer que se está ejerciendo violencia hacia la mujer sólo por ser mujer.

Añadió que sucesos como el famoso #MeToo, en el que mujeres violentadas se atrevieron a denunciar años después del suceso, los casos suelen ser tomados como extemporáneos y desechados por la misma razón, pero explicó que en estos casos las mujeres tienen diferentes razones para no haber hecho la denuncia a su tiempo, una de ellas es que muchas no sabían que estaban siendo violentadas.

Explicó que es imperativo que las mujeres puedan tener acceso a la información que facilite reconocer cuando están sufriendo de violencia política por razones de género, por ello invitó a que se recolecten las evidencias suficientes para garantizar la justica en un juicio.

Respecto al lenguaje incluyente explicó que para ella la lengua española es discriminatoria y por ello sexista, pues la misma Real Academia de la lengua Española (RAE) define al sexismo como la “discriminación de las personas por razones de sexo”.

Además define a la acción de discriminar como “dar trato desigual a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, de sexo, de edad, de condición física o mental. Por ello, explicó que es válido usar el lenguaje incluyente para fomentar una sociedad menos discriminatoria, pero que cuyas personas que utilicen ese lenguaje no lo utilicen sólo en ocasiones que los beneficien.

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En su turno, el presidente del Tribunal Electoral de Tlaxcala (TET), Luis Manuel Muñoz Cuahutle, afirmó que con eventos como el organizado por Nosotrox, el órgano jurisdiccional busca no sólo fortalecer la eficacia en la atención de los casos de violencia política por razón de género, sino incentivar la presentación de medios de impugnación para, facilitar la participación de las mujeres en la vida democrática en el país.