El joven emprendedor Ivanov García Santacruz, licenciado en Ciencias Ambientales, comparte su experiencia en la siembra de la flor de cempasúchil en el municipio de Tepeyanco. Esta tradicional flor, símbolo del Día de Muertos, ya está lista para su corte y venta al público tras meses de trabajo agroecológico.
El proceso de siembra en Tepeyanco
Ivanov inició su proyecto agrícola con la preparación del terreno en febrero, sembrando inicialmente papa. Después de cosechar en junio, comenzó la preparación para el cultivo de cempasúchil, un desafío que lo llevó a tomar decisiones clave sobre el método de siembra.
“Como fue mi primer año, quería evitar sembrar planta por planta, así que opté por la siembra directa con semilla”, comenta.
Sin embargo, la lluvia y la presencia de aves afectaron la germinación, lo que lo llevó a resembrar utilizando almárcigos.
El reto de cultivar de forma agroecológica
Uno de los mayores retos de Ivanov fue la decisión de no utilizar agroquímicos para controlar las malezas y plagas.
“Deshierbamos manualmente dos veces todo el terreno para evitar el uso de herbicidas”, explica el agricultor.
La elección de prácticas agroecológicas le permitió conservar la biodiversidad del área, atrayendo abejas, colibríes y escarabajos, algo que no se observa en cultivos convencionales.
La siembra agroecológica implicó más trabajo físico, pero destaca que ha valido la pena. Los clientes aprecian la diferencia en el aroma y calidad de las flores, algunas de las cuales se utilizan incluso en la elaboración de productos alimenticios como chocolates y fermentos.
De la tierra al mercado
La venta de la flor de cempasúchil comenzará este 27 de octubre, con dos puntos de venta: uno en la central camionera de Tlaxcala y otro en mercado alternativo conocido como Topoya de las Flores, en la carretera camino real en Tepeyanco.
Este año, la producción ha generado empleo para cuatro personas, con posibilidad de aumentar el equipo si la demanda lo requiere.
«Esperamos que nos vaya bien en la venta», afirma Ivanov.
La comunidad local ha mostrado gran interés en la flor, tanto por su valor ornamental como por su posible consumo humano. Además, se está organizando un tour ecoturístico donde los visitantes podrán conocer el proceso de cultivo y cortar sus propias flores.
Agricultura y futuro
Además de la flor de cempasúchil, Ivanov también cultiva hortalizas como pepino, calabaza y fresa, y planea iniciar un proyecto de acuicultura en la región. En el futuro cercano, sembrará avena para controlar la maleza y continuar con su compromiso de prácticas sostenibles.
Este joven emprendedor ha encontrado en el campo una pasión que va más allá de lo agrícola.
“Lo que nos motiva es cuidar la biodiversidad y evitar que el suelo pierda su fertilidad por el uso excesivo de agroquímicos”, concluye.