Concurso de Calabazas y Chilacayotes promueve la agroecología en Tlaxcala

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Concurso de Calabazas y Chilacayotes promueve la agroecología en Tlaxcala

Un festejo agrícola en Tlaxcala: Tercer Concurso de Calabazas y Chilacayotes

El pasado 26 de octubre, en comunidad de La Trinidad Tepehitec, en Tlaxcala, agricultores locales, amigos y familiares se reunieron para participar en el Tercer Concurso de Calabazas y Chilacayotes.

Organizado por el Grupo Ambientalista de Tlaxcala y encabezado por Ivánov García Santacruz, el evento se convirtió en un punto de encuentro para promover la horticultura sostenible y fortalecer la tradición agrícola de la región.

Los participantes, quienes habían cultivado sus ejemplares a lo largo del año, compartieron el origen de sus semillas, los métodos orgánicos que emplearon para enriquecer la tierra y los desafíos que enfrentaron durante el crecimiento de sus plantas.

Rodeados de un ambiente festivo y de aprendizaje, los concursantes también intercambiaron experiencias sobre técnicas de cultivo, respetando siempre el enfoque agroecológico que ha sido la esencia de este concurso desde sus inicios.

Celebrando la tradición de la calabaza: resultados y premiación

Entre los ejemplares, destacó la calabaza de Laura Flores, quien, con 13.695 kg, se llevó el primer lugar en la categoría de Calabaza Regional.

Su esfuerzo en suelo arenoso y el meticuloso cuidado de su planta le permitieron lograr una calabaza sobresaliente que se convirtió en la estrella de la competencia.

En esta misma categoría, Aarón García  con un ejemplar de 13 kg y Abner Flores con 11. 355kg ocuparon 24 segundo y tercer lugar, respectivamente.

En la categoría de Calabaza Extranjera, el primer premio fue para Branco Lucas, quien sorprendió a los asistentes con una calabaza de 7.015 kg.

Gracias a su enfoque en la polinización manual y la precisión en el cultivo, En segundo lugar quedó Ivánov García, con un ejemplar de 5. 685 kg, seguido por Antulio Flores en el tercer puesto con 8.20kg

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La categoría de Chilacayote también tuvo un despliegue de esfuerzos. Antulio Flores ganó el primer lugar con un chilacayote de 4.875 kg, mientras que Esteban Pérez con 3.525 kg y Branco Lucas 3.425kg obtuvieron el segundo y tercer lugar, respectivamente.

La competencia finalizó con la alegría y el orgullo de los participantes, quienes habían trabajado intensamente para cultivar los mejores ejemplares de la temporada.

La calabaza: un símbolo cultural y alimentario en Tlaxcala

Además de la premiación, los asistentes celebraron la importancia de la calabaza como fuente de alimento y símbolo ancestral en la región de Tlaxcala.

Reconocida desde tiempos prehispánicos, la calabaza ha sido fundamental en la dieta de las culturas originarias, gracias a su versatilidad y valor nutricional.

Durante el evento, los miembros de la comunidad compartieron platillos tradicionales elaborados con calabaza, resaltando su vínculo con las celebraciones de Día de Muertos y la conexión espiritual entre los vivos y sus ancestros.

La diversidad de calabazas: una lección de historia y horticultura

Para cerrar el evento, Ivánov García Santacruz, presidente del Grupo Ambientalista de Tlaxcala, ofreció una explicación sobre las calabazas que había dispuesto en una carretilla de exposición, mostrando una colección de ejemplares cultivados en distintas temporadas.

«Estas calabazas son las que traje para exposición el año pasado y que este año hemos sembrado formalmente,» comentó. Entre sus explicaciones, destacó diferentes tipos de calabazas.

La primera en ser presentada fue la calabaza bellota, una variedad con origen en Norteamérica, particularmente en Estados Unidos, que se distingue por su popularidad en esa región.

García Santacruz explicó que su cultivo sigue estando muy presente en las granjas estadounidenses, donde ha sido apreciada por su sabor y textura.

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Otra variedad fue la calabaza turbante turco, proveniente de las montañas de Turquía.

«Es una de las calabazas menos domesticadas, y por eso su forma es un poco más irregular,» señaló García Santacruz, explicando que su evolución ha sido mínima en comparación con otras calabazas más comercializadas.

También destacó los ejemplares de calabaza ornamental o cuello de cisne, famosas por su peculiar forma alargada y su cáscara dura. Comentó que en la última cosecha, algunas de estas calabazas crecieron significativamente:

«El año pasado ninguna llegó al medio kilo, pero ahora alcanzaron los cinco kilos, manteniendo su color y resistencia.»

Por último, García Santacruz mostró algunas calabazas italianas que, aunque originalmente no estaban destinadas a crecer tanto, alcanzaron un tamaño considerable debido a un descuido en el tiempo de cosecha.

Cada una de estas variedades representa, en palabras del organizador, “la riqueza y diversidad que puede ofrecer la tierra cuando se cuida con respeto y compromiso.”

El evento concluyó con una invitación de los organizadores a continuar practicando y transmitiendo el valor de la horticultura sostenible y la producción ecológica en Tlaxcala, promoviendo una relación respetuosa con la tierra y fortaleciendo las tradiciones que caracterizan a la región.